jueves, 9 de agosto de 2012

Nimiedades

Inesperadamente, y casi de forma explosiva, sentí miedo. No recuerdo con exactitud cuándo había sido la última vez que experimenté tal desagradable sensación, pero si sabía con certeza que el tiempo había sido prudente. Perpleja, sentí la furia del miedo posarse sobre mis hombros y observé con morbosidad cómo las atrocidades de la vida y las vicisitudes de la misma carraspeaban mi garganta. Cosas típicas del miedo. Había vuelto, y no sólo existía, sino que también crecía: el revoltijo de entrañas, la astilla en el ojo. Fueron sólo unos segundos de esta suerte epifánica, pero bastaron y quizás sobraron para descubrir, con alivio y asombro, que después de todo era una ser humana y que además, estaba viva.

sábado, 28 de abril de 2012

Insomnio

 
Antes de reincorporarse es obligación tomarse unos cuantos minutos para mirar el techo y descubrir quién saldrá por la puerta. Durante la espera, es recomendable deglutir los malestares del ambiente, identificar olores de tiempos pasados y sobretodo inhalar cinco veces. Dada la complejidad y la angustia que provoca esta situación, resulta necesario plantearse una vez más si es realmente imprescindible su presencia. Si concluye que no lo es, lo aconsejable es envolverse nuevamente y fingir un dolor de cabeza.

lunes, 2 de abril de 2012

Pausa

Podría permanecer así, estática, el resto de mi vida o quizás toda la eternidad. Tal vez preferiría caer al suelo y ver la existencia desde otra perspectiva. Probablemente debería mantenerme desnuda unos cuantos minutos, arrancarme los ojos durante horas y llorar años, meses y seguramente siglos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿y el clima?

De súbito, el enjambre comenzó a desplazarse por todas las esquinas de la habitación llegando a alcanzar formas inimaginables para los ojos grises. Las excepciones: Vathé y unos cuantos literatos viejos y cuerdos que comprendían a la perfección la azarosidad de aquella masa.




Ahora que lo pienso, me siento un poquito menos estúpida

sábado, 12 de noviembre de 2011

And again

.. Cuando algo está a punto de terminar, de a poco se me va el aliento y el nudo comienza a causar estragos en mi estómago y aún más en mi cabeza inefable.
Tanto revoltijo se lleva una parte de mí: confianza y frustración, alegrías y dolores, estabilidad e impotencia; todos son arrebatados para dar paso a la somnolencia, la que me límita a una mueca indescifrable.

Tiene que ser por eso que diciembre me cala hasta los huesos y enero... En enero me doy otra oportunidad.

(Qué increíble que después de un año me siga pasando exactamente lo mismo, sólo que ahora, una pequeña explosión -quejuronosevolveráarepetir- marcó la velada de un viernes por la noche)

lunes, 12 de septiembre de 2011

Reducir.

Mis dedos titubean, el paladar sangra.
¿Es que acaso las voces se regocijan con el grito?
De pronto no aguanto y erosiono la carne,
retuerzo los huesos e ignoro el tiempo.

Mejor... mejor pienso en otra hueá.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Fiasco.

Un día, conseguí el coraje para observar detenidamente hacia el frente. Estuve así, estática, por casi cinco segundos. El tiempo fue sutil, lo suficiente como para comprender que la mierda no solo provenía de mi cabeza, sino que también escurría entre mis manos. Después de ese día... decidí dejar mirar(me).